Cuentos de princesas en versión moderna

Da igual el tiempo que pase, a las mujeres nos siguen en cantando los cuentos de princesas que nos contaban cuando éramos pequeñas, aquellos donde el apuesto príncipe venía a rescatarnos y a hacernos felices para siempre. Claro que no todo sigue igual, con el paso del tiempo hay cosas que cambian: ya no se llevan los vestidos largos y pomposos, ahora nos enfundamos los últimos diseños de Gucci y calzamos Manolo Blahnik, el primer principe que aparece no es el correcto, necesitamos conocer a más, en materia sexual nos hemos liberado, y por supuesto, la historia ya no se desarrolla en un bosque encantado si no en La Gran Manzana.

Si me estoy refieriendo a esa famosa serie de mujeres en los treinta y tantos completamente realizadas sin necesidad de tener un hombre a su lado, esta semana he terminado de ver la última temporada de Sex and the city. Mi conclusión es que por mucho que nos intente decir que hemos cambiado y que la mentalidad de la mujer ha cambiado, seguimos buscando lo mismo: nuestro príncipe azul. ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser Carry? Pues ella se pasa toda la serie buscando a su príncipe azul, al igual que sus tres amigas y al final de la serie lo consigue.

Sin embargo, que quede muy claro que esto no es una crítica, es más me encanta la serie. Pero a mi de pequeña también me encantaban los cuentos de hadas y siempre he esperado que un príncipe viniese a rescatarme (todavía lo sigo esperando).

Creo que por eso me ha encantado la serie, no tengo presupuesto para comprarme unos "Manolos", pero soy una adicta a comprar zapatos y aunque no tengo una columna en un periódico también soy periodista y escribo un blog, aunque nadie lo lea. Es más dado a la gran saturación mental que provoca ver temporadas seguidas sin parar, alguna vez he dicho mira como Carry Bradshaw en Sex and the city. Ahora ya solo me queda esperar al 2008 para poder ver la película y el desenlace final.

Y claro esta que llegue mi principe azul, porque aunque con distinta mentalidad, todas la mujeres seguimos soñando con nuestro príncipe azul.