Cancún

Ya se que llega un poco tarde, pero es que la semana pasada estuve bastante liada. El motivo lo dejo para el próximo post, pero os anticipo que es interesante. Ahora vamos con lo que nos ocupa hoy, la crónica de Cancún. Realmente no estuvimos en la ciudad de Cancún, si no en la Riviera Maya. Cacún es la ciudad donde está el aeropuerto y aunque también tiene playa y es una zona turística, es un estilo a Benidorm, una ciudad con rascacielos de hoteles, claro que no está tan masificada.

Así que en La Riviera Maya es donde se encuentran los grandes complejos hoteleros con grandes playas privadas y rodeados de vegetación. Nosotros nos alojamos en el Palladium Riviera Maya, un resort compuesto por cuatro hoteles. El hotel es un paraíso, una pequeña ciudad de la que no necesitas salir. He estado una semana pero podría haber estado un mes, tenía cinco piscinas, 24 bares/restaurantes (alguno de ellos tematizados) extendidos por el hotel y la playa, SPA, gimnasio, animación... En fin. una pequeña ciudad de la que hay que disfrutar.

Como ibamos poquitos días decidimos que lo mejor era seleccionar los sitios que ibamos a visitar, y nos decidimos por dos de los que os haré crónica individual porque merecen la pena dedicarles un poquito más de tiempo. El resto de los días los pase de la playa a la piscina, tomando el sol, bañándome, montado en moto acuática, dando clases de baile y como no comiendo, madre mía que comida, deliciosa.

Durante el día, el vestuario obligado era bikinie y pareo, con mucha protección solar. Pero por la noche todo cambiaba, y nos poníamos de largo para ir a cenar. Podíamos elejir tre restaurantes temáticos durante nuestra estancia fuimos al de comida griega y turca, al brasileño y a un italiano. La foto es de mis padre y mi hermana, la niña de mis ojos, cuando fuimos a cenar al restaurante italiano. Yo estaba detrás de la camara.

Aunque allí anochece a las seis de la tarde durante todo el año, son doce horas de día y doce de noche, la noche es jóven y había que aprovecharla. Nos ibamos a la terraza del hotel a disfrutar de los cóckteles y de la música. Mi madre y yo aprovechabamos para poner en práctica lo que habíamos aprendido durante el día en las clases de salsa y de merengue. Mi hermana y yo, ella bebía un San francisco, que todavía es menor, y yo disfrutaba de un Cosmopolitan.
Lo bueno se pasa pronto, así que las vacaciones llegaron a su fin más rápido de lo que hubiese querido. Pero lo importante es haberlas disfrutado, me he traido un moreno estupendo, lugares increibles en mi retina y recuerdos que jamás olvidaré.

Y como mis vacaciones este post también llega a su fin. Muchas gracias por la paciencia a la espera de noticias. Prometo que con la entrada del mes de abril los post serán más habituales porque tengo un montón de novedades que contaros y todavía me queda parte de las vacaciones.