Trancazo

Si es que los fríos y los vientos que están visitando la isla esmeralda no pueden ser buenos. El sábado no me encontraba muy bien, lo achaque a que había dormido cinco horas. Si es que poner una clase el sábado a las nueve de la mañana debía estar prohibido. El sábado por la noche en casa de una amiga cenando empece a tener frío, tanto que la tuve que pedir una chaqueta, y eso que el resto de los asistentes decían que estaban asados. Así que el domingo apareció lo que se había estado manifestando todo el sábado: la fiebre. El domingo me lo pase dormitando en el sofá, rodeada de pañuelos de papel, tazas de té y la botella de agua. Son mis imprescindibles cuando me pongo pachucha.

Esta mañan no he ido a trabajar, pero por la tarde como me encontraba mejor, efecto de todo el aprecetamol que he ingestado en las últimas 24 horas, me he ido a clase. Me diréis que estoy loca, pero es que en el máster se va acrcando la fecha de entregas de trabajos y con la semana santa de por medio, no estamos como para perder clases.

Pues efectivamente, me debería haber quedado en casa porque ahora me encuentro peor. Mañana iré al médico, y le diré: me voy a Cancún en tres días asi que esto tiene que desaparecer a la de ya.

La única buena noticia es que con el trancazo tengo el estómago cerrado, siempre que me pongo mala me pasa lo mismo, no como nada. Así que me voy a poder palmito en playa.