Esta fue la noche de la fiesta cuando me paro por las escaleras.
Como hoy tengo el día libre, he hecho (casi) todas las cosas que tenía planeadas, he llegado pronto del máster, he visto una peli y aún no tengo ganas de irme a la cama (no me gusta meterme en la cama hasta que no estoy segura que caeré rendida en menos de dos minutos). Pues me dispongo a cumplir una petición que tenía pendiente con Sandra.
Finales de julio del 2007, a mi empresa se les ocurre la idea de dar una fiesta por el buen trabjo que hemos realizado. Eso sí, ellos solo reservan el sitio, no te invitan ni a una mísera copa. Aún así, yo decido que no me la pierdo, que el verano en Dublín está siendo una mierda (llevaba lloviendo sin parar desde mayo), que el tiempo para irme de vacaciones no llega y que quiero extrenar la sandalias roja que me he comprado, aunque vuelva a casa con los pies mojados.
Antes de seguir, tengo que hacer una aviso para navegantes: como el tiempo no acompañaba me hice adicta a Sex and the city. No la había visto nunca antes, pero en cosa de mes y medio me ventile las seis temporadas. Así que allí andaba yo, en la cuarta temporada más o menos flipada con los zapatos (ahora entendéis lo de las sandalias rojas), bebeindo cosmopolitans... Cuando de repente me para un chico en la medio de la escalera del local, no me acuerdo exactamente como empezó la conversación, pero se que me preguntó de donde era, que cuanto tiempo tenía pensado quedarme en Irlanda, que si tenía novio... y acobo diciendome que si quería quedar con él para ir a cenar algún día. Así que yo, pensando que era Carry me salió: May be, sometime. Así que el chico, que por cierto se llama Aidan, se apuntó mi teléfono, me dio un beso en la mano y se marcho. Estaban cerrando ya el local y yo me fui toda flipada a contarselo a mis amigos.
Yo pensaba que se iba a quedar en una simple anécdota, porque para la que no estéis familiarizadas con los autóctonos irlandeses se pillan unas tajadas tremendas y al día siguiente no se acuerdan de nada. Pues yo supuse que al susodicho le iba a pasar lo mismo. Pero mira cual fue mi sorpresa, que el martes de la semana siguiente recibo un mensaje de él, preguntandome que si quiero quedar y tal... Yo con la emción de que se ha acordado y de prácticar inglés le digo que el sábado me viene perfecto, que elija el sitio y la hora y me lo haga saber.
Pues bien, cuando tengo concertada la cita. Me doy cuenta de una cosa, y no os vayáis a pensar que sin importancia, y es que no me acuerdo de su cara. Intento hacer memoria, pero nada, es que ni vagamente. Además, todos los irlandeses son parecidos podía ser cualquiera.
Así que desde el miércoles al sábado me repito a mi misma como quinientas veces, que quien me madará a mi meterme en estos brenjenales, con lo tranquila que andaba yo, si es que esto me pasa por fliparme con las series.
Pero como soy una chica con palabra y ya he quedado, pues busco soluciones, que para eso soy una mujer del siglo XXI. Reconocer que no me acuerdo de su cara esta descartado, por supuesto, así que decido que voy a llegar al restaurante donde hemos quedado quince minutos antes. Así queda descartado que sea yo la que llegue, él este esperando y no le reconozca. Si estoy yo primero, él me tiene que venir a saludar.
Llega el gran día, lloviendo para variar, pero yo me presento monísisma quince minutos antes como estaba planeado. Como estoy tan nerviosa no para de llamar por el móvil a mis amigos... En esto aparece, cuando me di la vuelta le reconocía a la primera. Pues nada nos saludamos y pasamos al restaurante, pero yo cuando estoy nerviosa tengo un problema: no puedo dejar de hablar. Así que me pase hablando toda la cena, el preguntaba y yo le contaba mi vida. Bueno, la cena y las copas de después. Por cierto, pago él todo.
Así que a eso de las dos de la mañana (no os asombréis es el equivalente a las cinco en España), me acompañó hasta la puerta de casa sujentando el paragüas porque diluviaba. Durante el trancurso de la velada yo le había dicho que a la semana siguiente me iba a España tres semanas de vacaciones. Así que al despedirnos, me dijo que si quedabamos otra vez antes de que yo me marchará. Le dije que sí que me llamase y se despidió de mi con un beso.
No hace falta que os diga que subi a casa flotando, que me lo había pasado génial y que él me había gustado. Bueno, pues el ansiado mensaje llego el lunes, me sorprendió lo proto que llegaba. Por supuesto, le dije que quedabamos el miércoles para tomar algo cuando yo saliese de trabajar. Estuvimos como tres horas hablado, esta vez estaba mas tranquila así que también habló él, y al final me trajo a casa en coche. En la puerta de mi casa, me preguntó que si cuando volvíese de vacaciones iba a volver a querer quedar con él, y le dije que cuando llegase le mandaba un sms para quedar. La cosa pintaba muy bien, así que cogí el avión rumbo a casa, al sol y a la playa con un muy buen sabor de boca.
Lo que paso a la vuelta, os lo cuento en el próximo que si no me va a quedar un post súper largo y os vaís a cansar.
5 comments:
Nenaaaaaaa!! pero como me dejas asi!!, en lo más interesante!!, jajaja estaba leyendo con todo el interés del mundo, y cuando empiezo a frotarme las manos... zas, paras!! yo te mato!!.
Bueno esperaré ansionsa la 2ª entrega, pero por el momento la cosa promete.
Un besete guapa!.
Rebeca, no me hagas esto...
Estoy super intrigada!..ay dios mio!...
Esto pinta bien...me gusta esta historia mucho!...
Que guay, estas cosas son las mejores, las que surgen así, sin más....jijijiji.
Besitos y postea pronto porfi!.
muak.
y como termina!!! q mal!! me he quedado super intrigada!!esto vende mas que los libros de Harry Potter...quiero mi segunda entrega ya!! jeje
Besos wapa!
Jajaja Cómo nos has dejado!!!...Pero así la segunda parte se hace más deseada, bien hecho!. Como las grandes escritoras ;-)
Por cierto, esta historia es lindísima, me imagino cómo la estarás viviendo!!!. A seguir así!
Muchos besitos!!!
Isa
Qué tendran los Aidans jajajaja
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