Son de amores: Estaba equivocada

Pues el mesaje si que llegó, un lunes por la noche, y me decía que había llegado el domingo anterior que si nos veíamos esa semana. Desconfiada de mí, había calculado mal las fechas, volvía una semana después de lo que yo pensaba. Quedamos es mismo miércoles, me encanto verle, cuando le vi después de un mes me di cuenta que realmente me gustaba muchísimo, y lo más curioso es que no me había dado cuenta de lo que empezaba a sentir por él.

Desde ese día empezamos a quedar habitualmente, cosa que no habíamos podido hacer hasta ahora aunque nos conociamos hacia meses. Qudabamos dos veces a la semana, lo que nos permitían nuestros horarios porque son bastante incompatibles. Me invitó a cenar a restaurantes súper románticos, ibamos al cine, comiamos hamburguesas, veíamos películas en su casa, hasta me llevo al zoo. En fin, os podéis imaginar que yo flotaba en una nube, estaba encantada con él y hacía mucho tiempo que un chico no me trataba tan bien. Así que, estaba feliz y contenta.

En ese mes, fue mi cumpleaños. Era el primer cumpleaños que pasaba fuera de casa y los días anteriores estaba un poco ploff. Pues ese día, a parte de que mis amigos se portaron estupendamente conmigo, él me puso un mensaje para felicitarme por la mañana mientras estaba trabajando, me llamo por la tarde y quedamos esa noche para que me diese mi regalo. Me había comprado un brazalete de ojo de tigre, súper bonito.

Pues cuando una relación es tan perfecta, todo apunta tan bien y el chico parece tan majo, cuando de repentte todo cambia tu no te explica por qué. Pues si mi relación cambió, y paso de ser perfecta a empezarme a llevar chascos. El primero de ellos vinó mi fin de semana libre, yo normalmente trabajo los fines de semana y el libra, era el primer fin de semana libre que tenía desde que le conocía y yo estaba bastante ilusionada en pasarlo con él. Pero cual fue mi sorpresa cuando el sábado a la una de la tarde, me dice que si me importa que me lleve a casa porque hay un partido muy importante y lo quiere ver con sus amigos.

El segundo gran chasco fue unas tres semanas más tarde, me invito al cumpleaños de uno de sus amigos, yo estaba toda emocionada porque iba a conocer a sus amigos. Pues el sábado me pone un mensaje para quedar, y le digo que cuando este lista le llamo para ver donde están y acercarme. Bueno, pues le llamo y me dice te llamo ahora que nos vamos a cambiar de sitio y no se a donde vamos, esa llamada nunca llegó.

La mayoría de vosotras os hecharéis las manos a la cabeza pensando como no le mande a la mierda en ese instante. Pues bien no lo hice y lo por es que tampoco le eche la bronca. Lo malo de estas cosas es que cuando pasas una pasas cien.

Después de esto, tuvimos un mes como al principio. Me quería ver cada día que libraba, quedabamos otra vez a menudo. Se acercaban navidades y estabamos genial, así que yo me empece a comer la cabeza pensando en su regalo, no os podéis imaginar la tiempo que le dediqué. Habíamos quedado justo el domingo antes de que yo me marchase a casa a pasar la Navidad cuando yo saliese de trabajar. Pues no se presentó, le llame y nadie cogió el teléfono. Así que su regalo se quedó envuelto enciama de la cama.

La excusa que me dió llegó le día después de Navidad, se había olvidado el móvil en el campo de golf y no lo había podido recuperar hasta ese día, que lo sentía mucho y que esparaba que pasase una Navidad estupenda en casa. Pero lo que él no sabe es qque yo tenía una llamada perdida de su número a las seis de la mañana cuando cogí el avión, y no creo que nadie a esas horas estuviese en el club de golf.

Para cualquier persona esto habría sido suficiente. pero como yo debo der masoca he seguido quedando con él, y además le di su regalo.

La situación actual, pues pensaba deciros que la relación estaba acabada porque llevaba diez días sin sabes de él, pero justo ayer me llegó un mensaje suyo diciendome que está en Lodres trabajando, y preguntandome que tal todo. ¿Y ahora yo que hago? Le mando a la mierda o quedo con él, porque a mí me sigue gustando un montón.